Los ejércitos ruso y bielorruso iniciaron el jueves importantes maniobras en Bielorrusia, a las puertas de Ucrania, epicentro de las tensiones entre Moscú y Occidente, y en medio de intensos esfuerzos diplomáticos para desactivar la crisis.
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El despliegue de estos soldados fue inmediatamente denunciado por la presidencia ucraniana como un medio de “presión psicológica” empleado por Moscú, que también ha concentrado desde noviembre más de 100.000 soldados cerca de su propia frontera con Ucrania.
El ministro francés de Exteriores, Jean-Yves Le Drian, lamentó “un gesto de gran violencia”, mientras que el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, calificó las maniobras de “momento peligroso para la seguridad en Europa”.
El jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, calificó de “incomprensible” la preocupación de Occidente por las maniobras en Bielorrusia.
En Berlín, el jefe de gobierno alemán Olaf Scholz advirtió a Rusia que no subestime la “unidad” y la “determinación” de los europeos.
“Ahora esperamos que Rusia dé pasos claros para reducir las tensiones actuales”, insistió tras una reunión con los líderes de los países bálticos, antiguas repúblicas soviéticas fronterizas con Rusia y ahora miembros de la OTAN y la Unión Europea.
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Los países occidentales están abiertos a “un diálogo serio con Rusia”, añadió, diciendo que se habían presentado “propuestas concretas” a Moscú, sin entrar en detalles.
El primer ministro británico, Boris Johnson, de visita en Varsovia, también insistió en la necesidad de convencer a Vladimir Putin de que “participe en la desescalada”, mientras que su jefa de la diplomacia, Liz Truss, pidió la retirada de tropas tras una reunión en Moscú con Lavrov.
En vísperas de las maniobras, el ejército ruso difundió un vídeo en el que se veía una batería de sistemas antiaéreos S-400 apuntando sus misiles al cielo desde un campo cubierto de nieve en la región bielorrusa de Brest, fronteriza con Ucrania.
El Jefe del Estado Mayor de Estados Unidos, el general Mark Milley, dijo que quería evitar “incidentes desagradables” al comenzar las maniobras militares y habló por teléfono con su homólogo bielorruso, el general Victor Goulevitch.
“OPERACIÓN DEFENSIVA”, SEGÚN MOSCÚ
Rusia está acusada de preparar una nueva operación militar contra Kiev, tras la anexión de Crimea en 2014, acusaciones rechazadas por el Kremlin, que dice querer garantizar su seguridad ante la hostilidad de Kiev y la OTAN.
Las maniobras ruso-bielorrusas “se llevan a cabo con el objetivo de prepararse para detener y repeler una agresión externa en el marco de una operación defensiva”, declaró el Ministerio de Defensa ruso.
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Según esta fuente, las maniobras tienen lugar hasta el 20 de febrero en cinco campos militares, cuatro bases aéreas y “varios lugares” de Bielorrusia, especialmente en la región de Brest, situada al noroeste de la frontera ucraniana.
Los ejércitos de Minsk y Moscú no especificaron el número de soldados y equipos que participan en las maniobras, pero según países occidentales se han desplegado 30.000 soldados rusos en Bielorrusia con este fin. Moscú también anunció el jueves la llegada a Crimea de seis buques de guerra para las próximas maniobras en el Mar Negro, que limita con el sur de Ucrania.
INTENSA ACTIVIDAD DIPLOMÁTICA
Las tensiones han provocado una intensa actividad diplomática entre Moscú y las capitales occidentales en las últimas semanas, en un intento de desactivar la crisis. El presidente francés Emmanuel Macron visitó Moscú el lunes y Kiev el martes.
En caso de un ataque ruso, los países occidentales amenazan a Moscú con importantes sanciones económicas que se suman a las impuestas en 2014.
A la anexión de Crimea ese año le siguió el inicio de un conflicto en el este de Ucrania entre Kiev y los separatistas apoyados por Rusia, una guerra que ha dejado más de 14.000 muertos en ocho años, según el último balance de la ONU.
Rusia niega querer desestabilizar a su vecino prooccidental y asegura que quiere defenderse de la OTAN, a la que Ucrania quiere unirse. Las negociaciones siguen siendo muy difíciles entre las dos partes, cuyas posiciones parecen irreconciliables.
Moscú exige el fin de la política de ampliación de la Alianza, el compromiso de no desplegar armas ofensivas cerca de las fronteras rusas y la retirada de las infraestructuras de la OTAN de las fronteras de 1997, antes de que la organización acogiera a los antiguos miembros del bloque soviético.
AFP
Fuente: Portafolio