Cómo cuidar y hablar de la salud mental con los hijos

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Hablar de salud mental con tus hijos les prepara para afrontar esta realidad tan presente, comprenderla y ser capaces de pedir ayuda si la necesitan. Te contamos cómo abordar esta conversación.

Cómo cuidar y hablar de la salud mental con los hijos

Elena Sanz

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz.

Última actualización: 25 febrero, 2022

Criar y cuidar a un niño no solo implica preocuparse por su salud física, sino también atender a sus necesidades emocionales. Esto es algo que con frecuencia se olvida, ya que se tiende a pensar que los pequeños tienen una vida fácil y sin preocupaciones. En realidad, hablar de salud mental con los hijos y cuidar su bienestar en este aspecto es fundamental; por esto, te ofrecemos algunas claves para lograrlo.

Cabe mencionar que actualmente se estima que uno de cada ocho menores presenta un trastorno psicológico y muchos más pueden padecer signos y síntomas que no llegan a constituir un diagnóstico. Más del 50 % de los trastornos mentales se inician durante la infancia y la adolescencia; por eso, la prevención debe empezar desde los primeros años y partir de la familia.

¿Por qué cuidar y hablar de la salud mental con los hijos?

Desayunar, almorzar o cenar juntos brinda una buena oportunidad para hablar de salud mental con tus hijos.

Aunque pueda resultar incómodo, nunca es pronto para hablar de salud mental con los niños. Por supuesto, deberás adaptar el lenguaje y el mensaje a su edad, pero deberás informarles de una realidad que está cada vez más presente.

Al hacerlo, les ayudas a comprender y a desarrollar empatía por las personas de su entorno (familiares, amigos o compañeros de clase) que sufren algún trastorno; pero, lo más importante, les ofreces herramientas para cuidar su propio bienestar psicológico.

En realidad, los niños pueden estar expuestos a diversas situaciones cotidianas que pueden generar estrés, ansiedad, depresión, problemas de conducta o trastornos alimentarios.

Los conflictos familiares, los problemas escolares, las etapas de cambio en sus vidas, la influencia de la tecnología y las redes sociales… hay múltiples factores de riesgo. Así, es fundamental enseñarles a lidiar con las adversidades y gestionarlas de un modo positivo.

¿Cómo hablar de la salud mental con los hijos en función de su edad?

El mensaje sobre salud mental que debes transmitir a tus hijos depende mucho de su edad, su madurez y su capacidad de comprensión. Así, te mostramos algunas orientaciones que pueden ayudarte a abordar dicha conversación.

De 2 a 6 años

La educación sobre salud mental puede comenzar desde el momento en que los niños comienzan a hablar y a comprender el lenguaje. En esta primera etapa es relevante centrarse en la educación emocional; es decir, ayudar a los niños a identificar las emociones y ponerles nombre y, en cierta medida, ayudarles a gestionarlas.

Para esto, puedes valerte de libros y cuentos con ilustraciones que muestren las diferentes expresiones faciales asociadas a las emociones o de herramientas como el termómetro emocional. También, es importante ayudarles con tus palabras a identificar lo que van sintiendo en el día a día (por ejemplo: sé que estás enfadado porque no querías irte del parque).

De 7 a 10 años

En este momento, los niños ya son más capaces de reconocer y expresar sus emociones, por lo que tu labor ha de ser la de facilitarles esta expresión al ofrecerles oportunidades frecuentes para ello.

Conversar en familia durante la comida o la cena puede ser una buena alternativa, pero, además, para que no se sienta como un interrogatorio, puedes implementar dinámicas conjuntas. Por ejemplo, adoptar el hábito de cada noche compartir cada miembro de la familia lo mejor y lo peor de su día, aquello que le entusiasma y si hay algo que le preocupa.

De 11 a 14 años

En esta etapa, puedes hablar abiertamente de las enfermedades mentales pues, probablemente, los niños ya sepan de muchas de ellas. Puedes iniciar preguntándoles qué saben al respecto para después corregir la información errónea y proporcionarles más datos. Es importante enseñarles a detectar en ellos mismos las señales de que algo va mal y animarles a pedir ayuda en caso de que esto suceda.

De 14 en adelante

Durante la adolescencia, suceden grandes cambios difíciles de gestionar, por lo que la clave en este momento es supervisar (desde la distancia, ofreciendo la independencia que reclama el menor) y ser comprensivos y tolerantes. Lo fundamental es tratar de mantener las vías de comunicación abiertas y generar una confianza con el joven que le permita acudir a ti en busca de ayuda.

Claves para cuidar de la salud mental con los hijos

Adapta la conversación sobre salud mental a la comprensión y el conocimiento de tus hijos.

Hablar con los hijos de salud mental es necesario, pero no suficiente, también has de proporcionarles herramientas y medios para cuidar de su bienestar psicológico. Algunos puntos cruciales al respecto son los siguientes.

Crianza positiva

Establecer un vínculo de apego seguro con los progenitores y crecer con una crianza positiva y respetuosa es un gran garantía para una buena salud mental a futuro. Por esto, ama y acepta incondicionalmente a tus hijos, establece límites apropiados y fomenta su autoestima y autonomía.

Buenos hábitos

La salud física y mental están estrechamente relacionadas por lo que es esencial tener unos hábitos de vida saludables desde la infancia. La alimentación equilibrada, la actividad física regular, las oportunidades de socialización, los buenos hábitos de sueño, vivir en entornos limpios y organizados… Estos pequeños factores que en el día a día se descuidan pueden marcar la diferencia; procura inculcárselos a tus niños.

Diálogo interno adecuado

Contar con un diálogo interno positivo ayudará a tus hijos a prevenir la aparición de problemas de salud mental. Esto consiste en adoptar el hábito de tener pensamientos flexibles y constructivos que les ayuden a gestionar las dificultades y ser resilientes. Así, han de acostumbrarse a hablarse a sí mismos con amor y respeto, a no criticarse ni compararse y a dedicarse palabras de aliento y motivación.

Ten presente que los pensamientos de los hijos son en gran medida el reflejo de la forma en que los padres les hablan durante su crecimiento. Por esto, presta atención a tus propias palabras.



Herramientas personales

Para enseñar a tus hijos a cuidar su salud mental desde pequeños, puedes entrenarles en ciertas técnicas y prácticas que son de gran utilidad: por ejemplo, la meditación, la asertividad para saber comunicarse o la inteligencia emocional.

Estas técnicas deberán estar adaptadas a la edad; así, para los niños más pequeños puede ser útil implementar el rincón de la calma o enseñarles a realizar la técnica Koeppen. Los más mayores pueden aprender otras técnicas de relajación o utilizar la escritura terapéutica para canalizar sus emociones.

¿Cuándo pedir ayuda?

Aunque implementes todas las anteriores recomendaciones, ninguna persona está exenta de sufrir problemas de salud mental. Por eso, has de estar abierto a la posibilidad de pedir ayuda profesional. Para saber cuándo ha llegado este momento, conversa a menudo con tu hijo pero, sobre todo, fíjate en su conducta. Algunos signos de alarma pueden ser los siguientes:

  • Presenta alteraciones del sueño o del apetito
  • Se muestra triste, irritable o apático, y no tiene interés por ninguna actividad
  • Tiene cambios de humor bruscos o reacciona de forma intensa ante problemas menores
  • Se preocupa en exceso y estos temores limitan su día a día
  • Tiene dificultades para socializar y encajar con sus iguales
  • Manifiesta dolores y molestias físicas sin causa aparente


Hablar de la salud mental con los hijos es un trabajo diario

En definitiva, hablar de la salud mental con tus hijos es abrirles la puerta a conocerse, comprenderse y ayudarse cuando sea necesario. Normalizar las conversaciones sobre las emociones, los miedos o las dificultades ayuda a eliminar el sentimiento de culpa y vergüenza, y anima a tomar medidas para recuperar el bienestar. Por esto, desde sus primeros años, cuida este aspecto.

Fuente: Mejor Con Salud