¿Cuál es la diferencia entre sarcasmo e ironía?

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La ironía y el sarcasmo siempre tienen un doble mensaje. Tratamos de develarlo en este artículo.

¿Cuál es la diferencia entre sarcasmo e ironía?

Última actualización: 18 abril, 2022

La ironía y el sarcasmo son dos formas de expresión a las que acudimos con frecuencia cuando queremos manifestarnos. Ahora bien, no se trata de cualquier sentido el que queremos darle a nuestras frases. Más bien se trata de hacer un contrapunto, como en la dirección opuesta de lo que decimos.

Pueden parecer similares. Sin embargo, sarcasmo e ironía son diferentes. Veamos de qué se tratan una y la otra.

¿Cuál es la diferencia entre sarcasmo e ironía?

La ironía se refiere a una expresión a través de la cual se busca expresar lo contrario a aquello que se está diciendo. Por su parte, el sarcasmo se define como una burla mordaz.

Desde la psicología, la diferencia entre ambas es la intencionalidad. La ironía tiene un doble mensaje y apunta a destacar el subtexto, lo que no se ve, aquello que va en sentido opuesto a lo literal y a lo expresado.

La ironía implica invertir un sentido, que va desde una dirección (o connotación) positiva hacia lo negativo. Es decir, hay una apariencia de algo, se maquilla una frase para llevar al interlocutor al sentido contrario. Lejos de un halago, donde se quiere llegar es a la crítica. A su vez, tiene un componente de humor y cómico, tal como fue reconocido por Sigmund Freud.

Mientras que el sarcasmo busca hacer evidente la burla, en ocasiones con la finalidad de impactar, provocar o herir a la otra persona. Hay quienes sostienen que el sarcasmo emplea la ironía con el objetivo de humillar, burlarse o criticar al interlocutor.

Respecto al uso del sarcasmo en las relaciones, es bastante criticable, ya que reviste cierta agresividad. Se encuentra muy lejano al humor, que es el recurso al que recurre la ironía.

La ironía y el sarcasmo pueden lastimar relaciones interpersonales a cualquier edad.

¿Cuándo comienza el sarcasmo?

Como contrapartida, existen algunas investigaciones que refieren que el sarcasmo da cuenta de complejidad cerebral. Recién se desarrolla y entiende a partir de los 9 años, cuando los niños son capaces de leer las intenciones de los otros.

En este sentido, dichos estudios revelan que el sarcasmo puede ayudar a gestionar las emociones negativas, así como a promover el pensamiento creativo o lateral. Ahora bien, habrá que cuidar el modo, el lugar y el destinatario del sarcasmo.



Ejemplos de sarcasmo e ironía

Veamos algunos ejemplos de ironía y sarcasmo para entender sus diferencias. Pensemos en los famosos memes. Seguro usas o recibiste alguno por redes sociales o a través de Whatsapp.

Los memes son imágenes que expresan distintas ideas, se viralizan a escala global, suelen emplear el humor y la ironía como recurso. Uno de los más conocidos es el del perro que, en la primera viñeta, dice “this is fine” (“esto está bien”), mientras que en la viñeta siguiente lo vemos rodeado de fuego, en un incendio.

En las conversaciones, otro ejemplo de ironía sería cuando comentamos “¡qué calor hace aquí!”, siendo que visiblemente estamos abrigados. O un jefe que le dice a su empleado “no vayas a estresarte demasiado” al verlo distraído, chequeando sus redes sociales. De este modo, lo que intenta decirle es lo contrario: “puedo ver que no estás trabajando mucho”.

En cuanto al sarcasmo, si seguimos con el ejemplo del jefe y el empleado, sería un uso de este recurso decirle “¡siempre tan trabajador!”. O cuando alguien dice “¡siempre a tiempo!”, señalando la impuntualidad del otro.

En el ambiente laboral, el sarcasmo y la ironía pueden socavar el ambiente.


El contexto es la clave para entender

Más allá de que la ironía y el sarcasmo sean distintas formas de expresarse y comunicar una idea, es importante promover la claridad en la comunicación. No podemos esperar que las otras personas comprendan o adivinen cuál es nuestra verdadera intención si no la verbalizamos.

La ironía y el sarcasmo suelen emplearse en las relaciones de pareja y en los ámbitos laborales. Sin embargo, como es de esperar, se prestan a la confusión. Incluso forman parte de una falta de respeto y encubren un tono agresivo-pasivo.

Lo que nos permitirá entender el sentido de la ironía y del sarcasmo es el contexto. Este nos proporcionará las claves de lectura para poder comprender qué es aquello que se quiere decir.

En la actualidad, los mensajes en las conversaciones escritas suelen originar conflictividad, ya que en lo gráfico se pierden gestos y tonos de voz. De modo que la interpretación de la ironía suele estar más obstaculizada. El uso de emoticonos o de recursos como la letra negrita o la cursiva pueden resultar muy útiles.

Finalmente, es importante tener presente que en cualquier comunicación debe predominar el respeto. Si siempre somos objeto de burlas, si siempre alguien usa la ironía para referirse a algo nuestro y nos sentimos humillados, entonces debemos poner límites y expresar nuestro malestar. Lo que en un principio parece ser una broma puede afectar nuestra autoestima.

Fuente: Mejor Con Salud