Una niña de 6 meses se contagió de herpes, sin embargo, la oportuna intervención de los médicos le salvó la vida.
Cuando un bebé llega al mundo genera felicidad e ilusión en todo su entorno. A causa de ello, es normal que cada uno de los seres queridos quiera ir a conocerlo de inmediato y demostrarle todo su amor.
Sin embargo, es fundamental que los padres sepan tomar precauciones. Pues el contacto desmedido le puede contagiar infecciones complejas al recién nacido.
Así lo sabía Holly Cruokshans y su esposo, una pareja que durante mucho tiempo había querido tener un bebé, pero no había podido. No obstante, finalmente pudieron cumplir el sueño que tanto anhelaban.
La pareja se caracterizaba por tener una gran cantidad de amigos y familiares. A causa de ello, cuando se enteraron de la noticia, comenzaron a visitar el hogar periódicamente.
La pareja les recalcaba en todo momento a los visitantes que no fueran a besar a la bebé para prevenir el contagio de un virus. Sin embargo, los mismos padres no podían resistirse a demostrarle su afecto.
Pero a pesar de todos los cuidados, al despertar una mañana comenzaron a vivir una angustiante situación. A continuación te contamos todos los detalles.
El contagio de herpes
Baby Hoarle, la bebé en cuestión, despertó un día con una gran cantidad de llagas cerca de los ojos y a lo largo de todo el cuerpo. A raíz de ese hecho, los padres la llevaron de inmediato a una entidad hospitalaria.
Allí los especialistas dictaminaron que la pequeña de 6 meses había contraído herpes. Debido a ello, le aplicaron un medicamento intravenoso para evitar que los ojos sufrieran un daño permanente.
Gracias a esa pronta intervención, la inflamación corporal disminuyó notablemente y los ojos de la bebé permanecieron perfectos. Además, por fortuna, a los pocos días pudo recuperarse totalmente.
De esa manera, hoy en día los padres han extremado mucho más los cuidados. Pues quieren evitar a toda costa que su salud se vuelva a ver vulnerada.
Contexto general sobre el herpes
El herpes es una enfermedad infecciosa que causa ampollas y costras. Se puede propagar después del tacto, el contacto salivar o la interacción sexual con una persona infectada.
Si bien no es una enfermedad que suela presentarse mucho en los recién nacidos, sí representa complejidad para ellos. Pues en esa etapa el sistema inmunitario aún no está del todo desarrollado para protegerse.
Esta infección, en algunos casos solo se puede manifestar en la boca o los ojos. Sin embargo, si no se trata a tiempo, es posible que se propague a órganos delicados como los pulmones y el hígado.
Reflexión final
En vista de esto, es fundamental que las personas que tengan infecciones en la boca o en el resto del cuerpo eviten acercarse a los recién nacidos. Asimismo, es vital que antes de tener contacto con el bebé, todas las personas se higienicen las manos de manera detallada.
De igual modo, es una buena idea que los padres prohíban que los visitantes le den besos a los niños. Pues en algunos casos, a pesar de no tener síntomas notorios, se puede infectar a los bebés con virus complejos.
Fuente: Mejor Con Salud