¿James y Juanfer juntos en Colombia frente a Bolivia?

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Para la Selección Colombia se ha hecho costumbre que cada uno de sus partidos conlleve la obligación de “ganar o ganar”, y aunque no lo ha logrado en sus últimas ocho presentaciones, todavía tiene una luz ínfima de esperanza de alcanzar, cuando menos, el repechaje para el Mundial de Catar, pero para ello requiere de los tres puntos frente a Bolivia el jueves en Barranquilla.

El problema, aparte de que el onceno orientado por Reinaldo Rueda no depende de sus resultados sino de los de sus rivales directos, en este caso Uruguay, Perú y Chile, es la falta de gol, por lo que la ‘empatitis’ aguda ha sido su constante.

De cara a los dos últimos juegos de la eliminatoria suramericana, se esperaba que Rueda sorprendiera con el llamado de jugadores que no han hecho parte de la nómina habitual. Sin embargo, no fue así y decidió apostar por los de siempre, por los mismos a los que señaló ante el Comité Ejecutivo de la Federación de ser los culpables de tener un pie en el precipicio.

Con ese grupo debe ingeniárselas para enviar al gramado del Metropolitano una formación que muestre una cara totalmente diferente a la que ha exhibido hasta ahora, es decir, la de un equipo que, si no juega bien al fútbol, por lo menos genere opciones de gol y sea contundente.

Rueda citó a ocho delanteros, pero siempre se ha dicho que no por sumar más artilleros se es más eficiente frente al arco rival.

En el caso de la Selección, sobre el papel, el técnico en cada partido ha utilizado tres hombres en punto: un centro delantero y dos extremos. El problema es que quienes juegan por los costados tienen como tarea principal taponar la salida de los laterales contrarios y normalmente deben retroceder muchos metros.

Por esta misma razón el hombre en punta queda aislado y tiene que tirarse a veces hasta la mitad de la cancha a rebuscarse el balón, quedando muy lejos del arco contrario y, por ende, es presa fácil de los centrales rivales.

Además, generalmente Colombia juega con marcadores de punta y no con laterales que se proyecten constantemente al ataque, o se sacrifica a Juan Guillermo Cuadrado, quien tiene que hacer recorridos muy largos para llegar al área rival o a tirar un centro.

Otro factor que incide es que el representativo nacional no tiene un cobrador de tiros libres. Los únicos son James Rodríguez o Juan Fernando Quintero, pero a Cuadrado se le ha dado por ‘adueñarse’ del balón y sus ejecuciones siempre terminan en la barrera o en la cabeza de los adversarios.

¿Qué hacer?

Fórmulas hay varias, aunque será Rueda quien decida cómo enfrentar el partido, cómo plantearlo y si continúa siendo estricto en lo táctico o si les da libertad a los jugadores para que resuelvan según las necesidades del partido.

Hasta ahora lo que se ha visto es que los jugadores han sido muy apegados al libreto, que ninguno se ha atrevido a revelarse y proponer algo distinto dentro de la cancha. Ello lo ratifica lo dicho por Falcao García: “el profe no quería que nos hicieran gol”.

Rueda nunca se preocupó porque el seleccionado buscara el arco contrario en partidos que era clave ganar, sino por sacar el arco en ceros y de ello da fe la cantidad de goles convertidos en los últimos ocho partidos de la eliminatoria.

Cero a cero contra Uruguay en Montevideo; el mismo marcador contra Brasil y Ecuador en Barranquilla; 1-0 de nuevo contra los dirigidos por Tite, esta vez a domicilio; otro empate sin goles frente a Paraguay en el Metropolitano; 0-1 contra Perú en la Arenosa y 1-0 frente a Argentina.

Sí, Colombia con Rueda corrigió el trabajo defensivo, pero a la vez perdió generación de juego ofensivo y contundencia. Siete partidos sin marcar es demasiado para una selección que quiere ir a un mundial.


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De la noche a la mañana es complicado cambiar la fisonomía de un equipo, aunque casos se han visto, y si Colombia quiere mantener esa tenue luz de esperanza, debe hacerlo este jueves para derrotar a una Bolivia que no vendrá a dar nada por perdido, sino que tratará de sacar provecho de la necesidad de su contrincante para llevarse los tres puntos y saltar de la octava casilla a la séptima.

Sin embargo, sí hay movimientos que Rueda puede hacer en busca de darle volumen de juego a la Selección, y puede empezar por poner a Daniel Muñoz como lateral derecho, lo que le permitirá emplear a Cuadrado como extremo, cerca del área rival, donde puede hacer daño con su gambeta, y a Frank Fabra o Johan Mojica por el otro costado, eso sí, dándoles libertad para ir al ataque.

La pareja de centrales debe ser con Carlos Cuesta y Óscar Murillo, ante la ausencia de Yerry Mina y los pocos minutos sumados por Dávinson Sánchez en el Tottenham.

En la primera línea de volantes podrían ir Víctor Cantillo y Jefferson Lerma o Mateus Uribe, quienes podrían darle salida desde atrás, sacrificando algo de marca al no estar Wilmar Barrios.

De ahí en adelante, a Cuadrado sumarle dos talentosos, James Rodríguez y Juan Fernando Quintero. ¿Que se pierde marca? Sí pero se gana generación de juego, pase entre líneas, ideas, remate de media distancia y alternativas para los cobros de tiros libres.

Y, en punta, quedaría Luis Díaz, quien ha demostrado en el Liverpool que se puede mover por el frente de ataque.

Sobre el papel, esta sería una formación ofensiva. No obstante, habría que ver el funcionamiento porque de nada sirve enviarla a la cancha si no se le da libertad sino que se le ponen tareas de marca y de jugar retrasados.

Los resultados que necesita

A la conquista de los tres puntos por parte de la Selección Colombia habrá que sumarle que se den una serie de resultados para mantener viva la esperanza de clasificar, aunque sea al repechaje.

Lo primero sería que Uruguay empatara en casa con Perú, con lo que los charrúas llegarían a 23 puntos y los incas a 22, todavía al alcance de Colombia. O, si hay ganador, que sean los orientados por Diego Alonso, quien tras tomar el lugar del maestro Óscar Tabárez, reencausó a la celeste.

La victoria los dejaría con 25 unidades, lejos del alcance del combinado patrio, pero a los orientados por Ricardo Gareca a tiro de as.

También se necesitaría que Chile no sume en su visita al líder y ya clasificado Brasil, mientras que lo que suceda entre Paraguay y Ecuador ya no tiene incidencia en los planes de Colombia. Tampoco cuenta lo que ocurra en el Argentina-Venezuela.

Empero este solo será el primer pasado en ese “ganar o ganar”. Dependiendo de los resultados del jueves, tocará empezar a pensar en el duelo del martes ante Venezuela.

En caso de que Colombia empate o pierda con Bolivia, el cierre de la eliminatoria ya será solo de trámite. Caso contrario si los resultados juegan a favor de Rueda y sus muchachos.

Fuente: El Nuevo Siglo