Diario Financiero – Santiago
Una vez cada doce, seis e incluso cuatro días. Así será la frecuencia bajo la cual las autoridades efectuarán cortes de agua en los distintos sectores de la Región Metropolitana en caso de que las condiciones de sequía lo ameriten. Considerando que todos los pronósticos meteorológicos apuntan a ese escenario, es que a inicios de 2022 el gobernador de Santiago, Claudio Orrego, encargó con suma “urgencia” a la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS), la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del interior (Onemi) y Aguas Andinas la elaboración de un plan de racionamiento que establezca las directrices de este proceso. Y tras semanas de trabajo, finalmente el documento fue despachado y será anunciado por las autoridades este lunes.
La estrategia considera un paquete de medidas para gestionar la demanda de agua potable en la ciudad, y que deben ser aplicadas “de manera secuencial y progresiva, partiendo con aquellas que incluyan campañas de comunicación”, hasta llegar a otras de mayor restrucción “en caso de que la oferta disponible no sea suficiente” para cubrir la demanda.
De esta menera, cada una de las acciones dependerá de cuatro distintos estados de alerta bajo las cuales se clasificará a los sistemas abastecidos por los ríos Maipo y Mapocho: Verde, cuando los suministros del río Maipo no den abasto y requieran de acuerdos con otros usuarios, o cuando la baja disponibilidad del río Mapocho requiera recursos extra provenientes de la cuenca anterior; Temprana Preventiva, en caso de que se cumplan criterios definidos por la Dirección General de Aguas (DGA) para la declaración de sequía; Amarilla, cuando el agua acumulada en el río Maipo no cubra más allá de dos meses de demanda, o diez días en el caso del río Mapocho; y por último la alerta roja, la fase más extrema y que marca el inicio del racionamiento hídrico.
Así, si durante la etapa de alerta Verde las acciones se enfocan en campañas de concientización y acuerdos con otros usuarios, la alerta Temprana Preventiva apunta a verificar los recursos de emergencia y a restringir las presiones de agua. Por su parte, la fase Amarilla considera una evaluación de medidas “excepcionales” como acuerdos o la intervención de cauces, y la alerta Roja permite directamente la implementación del plan de cortes rotativos y la “movilización de recursos de emergencia para la atención de clientes críticos”, según detalla el plan.
Fuente: La Republica