FMI baja a 4,4% proyección del PIB global

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Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la recuperación económica continúa en el mundo, aunque el ritmo se ha desacelerado. En particular, el organismo dijo que “nuestro pronóstico global se redujo en enero a una expansión aún saludable del 4,4% este año”.

De acuerdo con el FMI, esta proyección fue inferior a la contemplada en octubre pasado con 4,9%, en medio de perspectivas de crecimiento reducidas para Estados Unidos y China, las dos economías más grandes. Mientras tanto, la inflación ha sido más alta de lo esperado en muchas economías, mientras que los mercados financieros siguen siendo volátiles a medida que aumentan las tensiones geopolíticas.

En su blog en inglés, el economista de la entidad, Tryggvi Gudmundsson, explicó que “los indicadores económicos de alta frecuencia ofrecen evidencia de que el impulso de crecimiento se ha desacelerado hacia 2022, en línea con las expectativas de un comienzo de año débil, debido a la propagación de la variante ómicron altamente contagiosa y las interrupciones persistentes en la cadena de suministro. En este sentido, proyectamos que la actividad se recupere en el segundo trimestre del año, a medida que se desvanezca el impacto de la variante”.

Como muestra un gráfico de esta página, los indicadores compuestos de la actividad del sector manufacturero y de servicios en muchas economías del Grupo de los Veinte resaltan el reciente debilitamiento.

En algunas economías, el índice de gerentes de compras mostró un ritmo de expansión más lento en enero frente a los dos meses anteriores. Algunos indicadores del índice de gestores de compra (PMI), incluidos Australia y España, incluso oscilaron por debajo de 50, el umbral que indica una contracción, aunque se espera que el efecto decreciente de la variante ómicron signifique que la caída sea de corta duración.

Informe G20

De otra parte, en el más reciente informe al G20, el FMI analizó estos desarrollos para las economías de mercado emergentes y avanzadas del grupo.

Se observó que las economías avanzadas han experimentado tensiones pandémicas y desajustes entre la oferta y la demanda que han seguido impulsando la inflación y lastrando la recuperación.

La movilidad temporalmente reducida como resultado de la rápida propagación de la variante ómicron ha frenado la actividad del sector servicios, incluso en la zona del euro, Japón y el Reino Unido. Asimismo, las continuas interrupciones del suministro también han lastrado la actividad en la zona del euro y el Reino Unido. Y si bien la recuperación ha sido fuerte en los Estados Unidos, el virus ha afectado un poco la confianza del consumidor.

En las economías emergentes, las restricciones pandémicas y la reducción del apoyo político están pesando sobre la actividad. Además de las caídas del PMI, algunos otros datos recientes apuntan a un impulso más suave, como una menor producción industrial en Brasil. En China, las restricciones de movilidad más fuertes han resultado en menores ventas minoristas, mientras que una disminución en la inversión inmobiliaria y restricciones de viaje estrictas también han representado obstáculos.

De otro lado, la inflación ha sido más alta de lo esperado en muchas economías, mientras que los mercados financieros siguen siendo volátiles y las tensiones geopolíticas han aumentado. Obstáculos como estos, combinados con un impulso de crecimiento reducido, muestran por qué el mundo necesita una fuerte cooperación internacional para poner fin a la pandemia, sortear el ajuste monetario y cambiar el enfoque hacia la sostenibilidad fiscal.


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Pronóstico a la baja

A medida que se atiende la variante ómicron, los países han vuelto a imponer pocas restricciones de movilidad. El aumento de los precios de la energía y las interrupciones en el suministro han resultado en una inflación más alta y generalizada de lo anticipado, especialmente en los Estados Unidos y muchas economías de mercados emergentes y en desarrollo. La reducción en curso del sector inmobiliario de China y la recuperación más lenta de lo esperado del consumo privado también tienen perspectivas de crecimiento limitadas.

Se prevé que el crecimiento mundial se modere del 5,9% en 2021 al 4,4% en 2022, medio punto porcentual menos para 2022 que en la edición de octubre de Perspectivas de la economía mundial (WEO), refleja en gran medida las rebajas previstas en las dos economías más grandes. Una suposición revisada que eliminó el paquete de política fiscal, el retiro anticipado de la relajación monetaria y la continua escasez de oferta produjeron una revisión a la baja de 1,2 puntos porcentuales para Estados Unidos. En China, las interrupciones inducidas por la pandemia, relacionadas con la política de tolerancia cero contra el covid-19 y el estrés financiero prolongado entre los promotores inmobiliarios han inducido una rebaja de 0,8 puntos porcentuales. Se espera que el crecimiento global se desacelere a 3,8% en 2023, es decir 0,2 puntos porcentuales más que en el pronóstico anterior,

Se espera que la inflación elevada persista por más tiempo de lo previsto en el informe WEO de octubre, con continuas interrupciones en la cadena de suministro y altos precios de la energía en 2022.

Los riesgos

Los riesgos por la pandemia, además de las interrupciones en la cadena de suministro, la volatilidad de los precios de la energía y las presiones salariales localizadas, significan que la incertidumbre en torno a la inflación y las trayectorias de las políticas es alta. A medida que las economías avanzadas elevan las tasas oficiales, pueden surgir riesgos para la estabilidad financiera y los flujos de capital, las monedas y las posiciones fiscales de las economías de mercados emergentes y en desarrollo, especialmente con los niveles de deuda que han aumentado significativamente en los últimos dos años. 

Otros riesgos globales pueden cristalizar a medida que las tensiones geopolíticas siguen siendo altas y la emergencia climática en curso significa que la probabilidad de grandes desastres naturales sigue siendo elevada.

Dado que la pandemia continúa manteniendo su control, el énfasis en una estrategia de salud global efectiva es más destacado que nunca. El acceso mundial a vacunas, pruebas y tratamientos es esencial para reducir el riesgo de nuevas variantes peligrosas de covid-19. Esto requiere una mayor producción de suministros, así como mejores sistemas de entrega en el país y una distribución internacional más justa. 

La política monetaria en muchos países deberá continuar en un camino más estricto para frenar las presiones inflacionarias, mientras que la política fiscal, que opera con un espacio más limitado que antes en la pandemia, deberá priorizar el gasto social y de salud y centrar el apoyo en los más afectados. En este contexto, la cooperación internacional será esencial para preservar el acceso a la liquidez y acelerar las reestructuraciones ordenadas de la deuda cuando sea necesario.

Fuente: El Nuevo Siglo