Filosofía escolástica: significado e importancia histórica

Comparte la información

La filosofía escolástica fue una corriente teológico-filosófica que predominó en el pensamiento medieval. Su fin era la integración entre fe y razón.

Filosofía escolástica: significado e importancia histórica

Última actualización: 28 febrero, 2022

La filosofía escolástica es una corriente filosófica y teológica medieval que se centró en integrar la razón con la fe religiosa, pero colocando una mayor preponderancia en esta última. Sus inicios se remontan al siglo IX y fue la doctrina de pensamiento predominante en la cultura occidental hasta el siglo XVI.

Uno de los aportes más significativos de la filosofía escolástica a la historia del pensamiento fue su método de enseñanza, que sigue conservándose en nuestros días, pero con algunas variantes modernas y contemporáneas. A continuación detallamos las características de este movimiento intelectual y su importancia histórica.

¿Qué es la filosofía escolástica?

La palabra escolástica se deriva del término latino scholasticus, que significa “erudito” o “escolar”. Y  también del griego scholastikos, que significa “dedicar el tiempo libre al aprendizaje”.

Fue la corriente teológico-filosófica predominante del pensamiento medieval y se basó en la integración entre fe y razón. Sin embargo, en ella siempre hubo una clara subordinación de la razón a la fe.

Los inicios de la filosofía escolástica se registran a partir del siglo IX y representó un intento de armonización entre la teología cristiana y la filosofía clásica (especialmente la de Aristóteles y Platón). Sin embargo, en su formación también se incluyeron otras corrientes filosóficas, como las árabes y las judaicas.

Entre sus principales exponentes destacan Anselmo de Canterbury (considerado el padre de la escolástica), Pedro Abelardo, Alejandro de Hales, Alberto Magno, Juan Duns Scoto, Guillermo de Ockham y Tomás de Aquino.

La razón siempre estuvo subordinada a la fe en la filosofía escolástica.


Etapas

Dada la extensión periódica de este movimiento y la variedad de posturas que surgieron, la filosofía escolástica suele dividirse en tres etapas:

  1. Desde el comienzo del siglo IX al fin del siglo XII: caracterizada por la polémica discusión en torno a los universales; lo que provoca una oposición entre las explicaciones e interpretaciones de carácter realista, nominalista y conceptualista.
  2. Del siglo XII al fin del siglo XIII: representa el punto de apogeo de la escolástica y se caracteriza por la entrada de los textos de Aristóteles a la discusión filosófica. Asimismo, se empieza a distinguir la filosofía de la teología.
  3. Siglo XIV: empieza el período de decadencia de la filosofía escolástica. En este caso, el pensamiento de esta corriente derivó, por un lado, hacia un misticismo; por otro, al estudio de las ciencias naturales. Además, surgieron corrientes nuevas que rompían la armonía entre la fe y la razón.

Características de la filosofía escolástica

Las características esenciales de la filosofía escolástica se pueden resumir de la siguiente manera:

  • La principal finalidad de la escolástica era integrar los conocimientos que se tenían por separado a través de la razón y de las revelaciones cristianas.
  • Todo pensamiento debía someterse al principio de autoridad y la enseñanza podía limitarse a la reiteración de los textos clásicos, especialmente la Biblia (principal fuente de conocimiento). Sin embargo, la escolástica incentivó el razonamiento y la especulación, al exigir un esquema estructurado del discurso que fuera capaz de exponerse a refutaciones y preparar defensas.
  • En este sentido, la filosofía escolástica fomentó un método de enseñanza basado en el razonamiento dialéctico, es decir, en el intercambio de argumentos y contraargumentos en busca de una conclusión o síntesis. El objetivo era responder preguntas o resolver contradicciones.
  • Cada tema a estudiar era tratado con sumo cuidado y dedicación a través de la lectura de los textos clásicos y la discusión pública.
  • Se alejó de las aproximaciones empíricas y del método científico. Por eso se dice que la escolástica se desarrolló enmarcada en estructuras de pensamiento rígidas.

Para el cristianismo, la filosofía escolástica fue una herramienta para comprender la fe. Esta corriente filosófica fu eclipsada por el Humanismo de los siglos XV y XVI, y pasó a ser vista como una forma rígida, formalista y obsoleta de hacer filosofía.

Tomás de Aquino fue uno de los representantes más notorios de esta corriente.


Importancia histórica de la escolástica

A pesar de las críticas en torno a la filosofía escolástica, es pertinente reconocer que esta corriente de pensamiento fue una pieza clave para el surgimiento de la academia moderna.

Es decir, lo que hoy en día conocemos como escuela, se lo debemos a este movimiento intelectual. Especialmente por los métodos rigurosos de lectura, exposición y contraposición de textos que siguen vigentes en las instituciones.

Por su parte, la escolástica permitió la clara distinción en la razón (filosofía) y la fe (teología), lo que luego influenció al pensamiento renacentista. Además, la separación entre estas dos nociones promovió de manera indirecta la escisión entre el Estado y la jerarquía eclesiástica.

En suma, la esencia de la filosofía escolástica es la conciliación entre los conocimientos generados a través de la razón y los preceptos planteados por las sagradas escrituras y la Iglesia cristiana.

Fuente: Mejor Con Salud