Entrena un poco a tu cerebro y tu memoria será más eficaz
Si se te da mal recordar los nombres, bienvenido al club. Unos pocos trucos mentales te ayudarán a quedar bien. Seguro a muchos les ha pasado que intentan referirse a alguien y no recuerdan el nombre. O se topan con esa persona y, cuando van a saludar, solo dicen “¿cómo estás?” evitando referir el nombre que han olvidado.
Nuestra memoria a veces nos la juega. Nos presentan a alguien, saludamos, sonreímos… y el nombre se nos olvida en ese mismo instante. Luego tenemos que presentarle a alguien a esa misma persona y hacemos un papelón: “Este es, eh… “. Pero no te preocupes, aquí te dejamos estas técnicas para mejorar tu mala memoria:
Usa la imaginación visual
Crea una imagen en tu mente en la que aparezca la persona y su nombre. Cuanto más poderosa sea la imagen, más fácil será recordarla. Por ejemplo, cuando te presenten a Filogonio imagínatelo a caballo portando un estandarte con su nombre en letras doradas y dos leones rampantes. Yo soy más clásico, y me imagino a la gente en una ficha policial de los replicantes en la película Blade Runner, con un vídeo de su cabeza sin pelo dando vueltas y el nombre debajo.
Presta atención
Cuando alguien se presente ante ti, presta atención a su nombre. Aplica de manera completa las normas del buen oyente, y así tendrás el primer paso listo.
Repite el nombre
Cuando conozcas a esa persona: “Mucho gusto, María”, por ejemplo. Y luego, intenta repetir su nombre a medida que conversan: “¿Y dónde trabajas, María?”. Puedes mencionar el nombre al inicio o al final de la oración, al menos unas 3 veces, para no olvidarlo.
Intenta asociar
Por ejemplo, si se llama María y conoces a alguien con ese nombre, intenta asociarlas: piensa en si tienen un parecido, o sus diferencias.
Que te lo repitan
Uno de los principales problemas, y el más sencillo de solucionar, es no entender el nombre de alguien la primera vez. Especialmente si se trata de una persona extranjera o con un nombre inusual. ¡Pide que te lo repitan! Aún más, pide que te deletreen, si es necesario, y pregunta de dónde viene. No siempre se conoce a un Sovanrithy o Suphachad. Tendrás una excusa perfecta para entablar una primera conversación y después seguro que no se te olvida.
Mírales a la cara
Discretamente, claro. Estudia las facciones de la persona con cuidado. Fíjate en la forma de la nariz, el color de los ojos, el pelo. Mientras lo haces, repite mentalmente su nombre “Protasio, Protasio, Protasio”. De este modo estás atacando al mismo tiempo a tu memoria visual, creando un registro de su cara, y a la memoria auditiva, asociando su nombre.
Busca la rima
Busca palabras que rimen, cosas familiares que suenen de forma parecida o juegos de palabras. Por ejemplo “Austrigiliano y sus hermanos”, “Sicilio del Valle” o “de Darío me fío”. Úsalos para ti mismo, algunas personas no tienen sentido del humor cuando se hacen rimas con su nombre.
Escríbelo
Es la fórmula definitiva. Puedes hacerlo en un cuadernillo, discretamente, o usar tu teléfono móvil. También puedes hacerlo directamente delante de ellos, y preguntarles si tienen email, perfil de Facebook o de LinkedIn. No solo te aseguras de recordar el nombre, sino que muestras interés y te ayuda a ganar su simpatía.
Entrena tu memoria
Existen gimnasios cerebrales online que pueden ayudarte a mejorar la retentiva. A medida que entrenas tu memoria, la capacidad para recordar mejor y más completa cada información, aumenta.
Puede que en ciertos momentos estés con el ánimo bajo y no prestes atención a las personas que se acercan a ti. Quizás estás en el celular o pendiente de cualquier otra cosa que te impide escuchar su nombre. Y si intentaste escucharlo, pero no lo entendiste, pide que lo repita. Hay quienes dan por sentado entender el nombre de alguien, más por desinterés que por pena.
También existen personas que realmente tienen problemas con la memoria. Lo sabemos, y por eso debes aplicar estos trucos. Todo esto para oxigenar el cerebro.
Ríndete y pregunta
Si no recuerdas el nombre de alguien y te han pillado por sorpresa, es mejor reaccionar rápido y preguntar de la forma más casual “tu nombre era…”, o “disculpa pero se me ha borrado de la cabeza”. La víctima te lo dirá y seguramente no le dará mayor importancia. Es mucho mejor que hablar con alguien durante dos horas y confesar después que no sabes su nombre. O peor aún, confesarlo a la mañana siguiente.