Cuando David Alaba se echó al suelo en el minuto 62 con el partido en Tiraspol listo de papeles, Carlo Ancelotti se resolvió inquieto en el área técnica y esperó pacientemente a que el austriaco (que había marcado el 0-1) llegase por su propio pie al banquillo para conocer sus sensaciones. Una preocupación lógica viendo que podía ser un problema de rodilla, como ha sido, y también que al Madrid le viene un momento de esos que pueden ser focales para ganar la Liga. En los próximos nueve días tiene tres encuentros escarpados y la duda de si tendrá que recomponer una defensa que por fin funcionaba sin contratiempos.
Mucho tendrá que decir la prueba que se le realizará hoy o mañana, dependiendo de si hay inflamación, a Alaba. El primer diagnóstico en caliente en el Sheriff Stadium fue que sufre un pequeño esguince. Ancelotti quiso restarle de inmediato importancia. “El jugador dice que no le duele mucho, esperamos que esté el domingo”, fue el primer parte ofrecido por el italiano. El calendario viene inmisericorde. El domingo el Sevilla, tres días más tarde el Athletic y 72 horas después, la Real Sociedad. Dos encuentros contra los inmediatos perseguidores del Madrid en la tabla de la Liga y el restante, con la ventaja no obstante de ser en el Bernabéu, intercalado y ante unos leones bien posicionados.
El asunto con Alaba es más de inercia interna positiva que otra cosa. La línea Carvajal-Militao-Alaba-Mendy empezaba a estar engrasada aunque Carletto va piano, piano con Carva y la posible ausencia de Alaba trastocaría ese plan.
Un binomio que empieza a carburar
La necesidad de tener que hacer que Alaba, recién llegado, y Militao, recién ascendido a titular, conjugaran le costó a Ancelotti pero empieza a rendir sus frutos. Han estado compartiendo el centro de la defensa en siete de los últimos ocho partidos (desde el pinchazo en Cornellà), entre ellos partidos de mucho riesgo para el equipo como el Clásico o la visita al Shakhtar que podía haber puesto la clasificación en peligro. La solución al problema, con todo y con eso, es del agrado de Ancelotti. Se trata de recurrir al de siempre: Nacho. El central complutense es un seguro de vida y su técnico volvió a agradecérselo en Tiraspol cuando salió para suplir al lesionado Alaba. “La profesionalidad de Nacho es top, sé que puedo contar con él aunque sea para cinco minutos”, aseveró el transalpino. El Madrid está alerta por la situación médica de Alaba, pero se siente que con Nacho hay bala en la recámara.
Fuente: AS