Este jueves 25 de noviembre, se entregaron los Premios Portafolio 2021 y Francisco Miranda Hamburger, director del diario Portafolio, habló sobre la importancia de las empresas y los empresarios en la reactivación económica de Colombia.
A, continuación, las palabras del director:
Hace un año celebramos la primera ceremonia cien por ciento virtual de Premios Portafolio y hoy, en esta edición 2021, estamos en nuestra sede de El Tiempo Casa Editorial, en un acto híbrido, con aforo presencial limitado, bajo medidas de protección y en una transmisión por nuestras plataformas y redes. Ese mismo cambio han experimentado la economía, las empresas y los hogares de Colombia y el resto del mundo en estos doce meses.
De los confinamientos y los cierres del año pasado y una parte de este año hemos pasado a la reapertura de las actividades productivas y un retorno a la presencialidad. La zozobra que generaban las restricciones sanitarias se ha transformado para la mayoría de colombianos en la esperanza y tranquilidad que brinda la vacunación masiva. Tras el desplome económico más profundo de la historia contemporánea, la pérdida de 5,9 millones de empleos y el ingreso de 3,6 millones de compatriotas a la pobreza, la economía colombiana no solo ha repuntado, sino que registra un mayor dinamismo del proyectado por los analistas.
Termina el 2021 con mucha más actividad económica que el año pasado, con menos miedo y más calma, con más abrazos y menos Zoom, con más viajes y menos encierros, con más puestos de trabajo y menos desempleo, más vacunas y menos incrédulos, más planes para el futuro y menos planes de contingencia, más negocios abiertos y menos bloqueos ilegales, más niños y niñas en clases presenciales y menos en educación virtual, más reactivación y menos parálisis. En una palabra, con un poco menos de incertidumbre y mucho más optimismo.
Esa ‘ola de optimismo’ que ha marcado este segundo semestre del año tiene en las empresas y los hogares a sus principales protagonistas. Sin desconocer el mérito de las decisiones de política del Gobierno Nacional- en especial el plan nacional de vacunación y los programas de subsidios a la nómina- los comerciantes, los industriales y los ciudadanos no solo han jalonado los indicadores de la reactivación sino también vienen derrotando el pesimismo y mejorando sus perspectivas de futuro. Hoy es mucho más seguro producir en fábricas, talleres y oficinas y consumir en tiendas, centros comerciales y mercados.
El repunte económico de este fin de año está sostenido sobre los hombros de las empresas y de los consumidores. Al inicio del 2021 el panorama para ambos era incierto ante las restricciones del segundo pico de contagios y, unos meses después, el duro impacto del paro nacional que frenó en seco el ritmo de la recuperación. Pero disueltos los bloqueos ilegales y los cierres, levantadas las restricciones y dinamizada la vacunación, el sector productivo del país y los ciudadanos regresaron con ímpetu.
El protagonismo de los empresarios en este año de la reactivación ha sido crucial y notable. En medio de la agitación social alrededor de los impuestos, el sector privado organizado le ofreció generosamente al país asumir los costos de una reforma tributaria posible políticamente y sin impactos adicionales a las clases medias y populares. En medio del arranque de la inmunización masiva, los empresarios coordinaron el programa pionero de colaboración público-privada ‘Empresarios por la vacunación’.
En medio del paro nacional, el aparato empresarial del país aguantó y pudo retomar la senda de la reactivación que hoy registramos. En medio de la destrucción de empleos, las empresas de todos los tamaños del país- en especial las de menos de diez trabajadores, las pequeñas y las micro, han mantenido y generado millones de puestos de trabajo en la economía. En medio de drásticos cambios en la forma de producir, trabajar y vender, los empresarios han adoptado procesos de digitalización de sus procesos, y han adaptado modelos híbridos de entorno laboral y de atracción de talento y han alimentado una discusión sobre su responsabilidad social y su tarea frente a una economía más sostenible, amigable al medio ambiente, incluyente y equitativa.
Hace un año, el discurso de esta misma ceremonia resaltaba el desafío de la reactivación en 2021 con equidad y con atención a aquellos que se rezagaban, así como la exacerbación de las múltiples desigualdades, producto de la pandemia. Desafortunadamente, a pesar de la dinámica positiva del repunte económico, estas preocupaciones no han perdido vigencia ni urgencia. La ‘ola de optimismo’ convive con las rabias, los descontentos y la polarización. No se puede bajar la guardia en señalarles a los colombianos los logros de la reactivación ni en resaltar el papel crucial de las empresas, tampoco en insistir en que esos beneficios de la recuperación sean experimentados por todos. Un optimismo realista y sensible a los que quedan atrás es un optimismo resiliente.
Este 2021 ha sido sin duda el año de la reactivación, marcada por la solidez y el compromiso de las empresas, grandes, medianas, micro y pequeñas. Sin embargo, el año entrante los colombianos tenemos una cita con las urnas con la inevitable incertidumbre política que traen las campañas presidenciales. No será fácil blindar este optimismo económico del entorno electoral y muchos de los pilares que impulsan estas percepciones y decisiones de hogares, empresas y ciudadanos serán cuestionados y atacados.
No se trata de ignorar los rezagos, las ausencias y los vacíos que está dejando la senda de la reactivación ni tampoco de pasar el momento para el debate de riesgos y amenazas como la subida de precios, la calidad del empleo y la urgencia de reformas. La invitación sería a reconocer los hitos que se han avanzado en el camino de la recuperación, proteger los logros y mantener la mira puesta en las políticas que promuevan el crecimiento sostenible, equitativo e incluyente.
La campaña del 2022 se perfila peligrosamente como un pulso intenso que incluye posiciones de bloques políticos populares en contra de sectores económicos específicos y con marcado sesgo anti-empresarial. No se pueden perder de vista las propuestas que en medio de la contienda electoral generen incentivos en contra del desarrollo y creación de empresas, aumenten las regulaciones y las intervenciones contra la iniciativa privada, eleven las cargas y las trabas para crear empresa, estigmaticen y señalen a sectores de la economía, y entorpezcan la competencia. En resumen, la libertad empresarial no es ni menos ni más valiosa que otras libertades como la de expresión y, como tal, debe defenderse con igual ahínco e intensidad.
Esta edición de los Premios Portafolio en el año de la reactivación confirma una vez más la capacidad de adaptación, innovación, responsabilidad social, compromiso con el talento y con el medio ambiente, impulso exportador y transformación digital de las empresas colombianas. Agradezco a todos y cada uno de los más de mil postulados por su participación y voto de confianza, a los finalistas en las distintas categorías, incluida la de Transformación Digital que estrenamos este año, y felicito a los ganadores que pronto serán anunciados. Los invito a conocer a los líderes empresariales que reactivan Colombia.
FRANCISCO MIRANDA HAMBURGER
Fuente: Portafolio