Juan Bustos es un colombiano que en los años recientes se ha convertido en uno de los empresarios más exitosos de la industria webcam en Colombia, la cual es considerada, junto a la de Estados Unidos y Rumania, como la más potentes en el mundo.
Él calcula que en su país unas 100.000 personas se dedican al modelaje sexcam, que representan cerca del 85% del total en Latinoamérica, mientras la movida en otras naciones como Brasil y Argentina es apenas incipiente (entre ambos no superan el 6% de dicho aporte), y en México aún no despega (tal vez un 2%), pues calcula que allí no son más de 500 modelos los que viven de este negocio.
“Por ciudades y regiones, calculo que Medellín tiene la mayor participación con un 30%, Cali con un 25%, Bogotá un 15%, Eje Cafetero un 10% y la Costa un 10%”, afirma Bustos. A esto agrega que en el país, de las 25.000 modelos que hay, el 90% son mujeres, el 5% parejas, el 3% hombres y un 2% transexuales.
Según cifras aproximadas, hay 25,000 mujeres que ejercen este oficio, y con una buena preparación, podrían ganar entre US$1,990 a US$2,650 al mes. Lo máximo que se ha llegado a ganar una modelo en esta profesión es US$13,260 mensuales. Una modelo webcam con experiencia puede ganar en Colombia unos 7,000 dólares mensuales.
De hecho, existe una ‘Universidad para modelos webcam’. En el siguiente video, Juan Bastos, el creador de esta “Universidad”, explica brevemente de que se trata.
Justo a este último territorio han llegado en los últimos años empresarios colombianos que han intentando expandirse y replicar allí las bases del modelo de negocio que ha dado tanto éxito en su país, aún cuando, como lo reconoció el propio Juan Bustos en una entrevista concedida al diario El Tiempo en diciembre de 2018, se encuentran en un “limbo” pues su actividad en Colombia no ha sido legalizada, pero tampoco es declarada como ilegal.
Sus opiniones se dieron en un contexto en el que el Congreso de Colombia discutía la Ley de Financiamiento presentada por el Gobierno de ese país, en el que se planteaba la posibilidad de que a las empresas de la industria webcam les cobraran el Impuesto al Valor Agregado -IVA- del 19%, una propuesta hecha por el senador Jonathan Tamayo para aprovechar los cerca de 480 millones de dólares anuales que, dijo, generaba este negocio en su nación.
La situación del negocio en México
Jairo Van Arcken, quien nació en Cali, llegó a Guadalajara hace un año y allí creó una comercializadora, pero de forma paralela ha ido montando un estudio webcam. Completa siete meses en ese proceso, pero le aseguró a Yahoo Finanzas que no ha sido fácil y se siente como si estuviese “diez años atrás” en su país.
Se refiere a que en México, en la actualidad, “no hay más de cinco estudios” -solo en Medellín, por ejemplo, encuentras más de 100 estudios- y la industria avanza con mucha timidez. Las modelos, afirma, son en su mayoría colombianas y venezolanas. “De un grupo de doce, tan solo dos son mexicanas”.
Cree que la idiosincracia es un factor clave para que el negocio no crezca, pues “la gente no es tan de mente abierta como en otros lugares”. Lamenta esta situación pues ve que la infraestructura tecnológica es mucho más avanzada que en Colombia, y hay mucho por dónde explorar. Y agrega que un modelo webcam que apenas comienza en México podría hacerse hasta 1.000 dólares mensuales, con la ventaja de que si se capacitan y entrenan más, podrían tener mayores rendimientos en su labor.
Al cierre, Jairo vaticina que en cinco años podría darse un boom del modelaje webcam en México, si su población “madura mentalmente”.
Juan Bustos coincide con Jairo y asevera que en México la industria apenas está naciendo, y que en meses recientes ha recibido consultas de empresarios interesados en abrir negocio en ese país.
En un artículo publicado en 2016 en el sitio web remezcla.com, titulado Sex work on their own terms: How Latin American Web Cam Models are making globalization work for them, la periodista Caitlin Donohue escribió: “El nivel de control (financiero y de otro tipo) otorgado a las modelos puede explicar por qué América Latina es el hogar de un número creciente de camgirls. Mafufu dice que puede ganar 800 pesos (43.54 dólares en esa época) por un turno de cinco horas frente a la cámara, notablemente más de lo que ordena el acto sexual promedio en la vida real”.
¿Qué pasa en los otros países?
Como se dijo antes, además de Colombia la actividad de la industria es apenas incipiente en otros países, en especial Brasil y Argentina, pero ha habido un mercado que por sus condiciones sociopolíticas ha visto reducir su protagonismo: Venezuela.
Juan Bustos dice que hasta no hace mucho tiempo el modelaje webcam en ese territorio era el segundo más fuerte de la región, pero desde Caracas, el empresario Javier Parra le dijo a Yahoo Finanzas que ha habido varios factores que les han jugado en contra.
El más importante ha sido el tema eléctrico, pues en la mayoría del territorio venezolano son constantes los cortes de la energía que afectan el servicio tecnológico, esencial para que la industria subsista.
Esto va de la mano con la inestabilidad del Internet, lo cual los obliga, señala Javier, a traer la señal desde Colombia o Estados Unidos mediante antenas, pero esto afecta sus costos de operación.
La situación ha hecho que muchas modelos hayan decidido migrar a otros países, en especial a Colombia y México, con el agravante de que cuando llegan a estos mercados, la necesidad hace que cobren menos que sus colegas en esos lugares.
Javier ejemplifica: “Antes una modelo hacía un show sola y recibía 2.000 tokens (una especie de divisa que tiene sus equivalencias en dólares) por una transmisión de 5 horas; ahora hay quienes reciben hasta 400 tokens por 7 horas. Esto satura el mercado y baja la oferta”, comenta.
Inconvenientes
Se considera que la industria de las modelos web cam en el país está en el limbo debido a la falta de regulación y a que no existe una protección para las mujeres que realizan este oficio.
“El tema es complejo. Primero hay que aclarar que no es prostitución, no hay un contacto directo con el cliente. Segundo, el trabajo no está bien regulado en el sistema. No existe un reglamento”, señala Bustos.
Las modelos web cam no cuentan con los beneficios y protecciones que un empleado común sí tendría, tales como riesgos profesionales, justificaciones para sostener un crédito o cartas de recomendación laboral.
Es necesario que las mujeres que ejercen esta profesión como una opción para independizarse económicamente y manejar su tiempo de acuerdo a sus necesidades, tengan un apoyo para, por ejemplo, recibir asesorías y “no caer en manos de gente malintencionada, pues en todos los gremios los hay”.
Fuente consultada :: finanzas.yahoo.com / elcomercio.pe