Luego de varias marchas y contramarchas judiciales alrededor del mandato de vacunación contra el COVID-19 para el personal escolar de la Ciudad de Nueva York, finalmente todo indica que se puso punto final a los intentos sindicales de detener la medida, luego que un tribunal federal de apelaciones eliminó un bloqueo temporal sobre la obligatoriedad de la inmunización.
Ahora, cerca de 27,000 docentes y trabajadores de las escuelas públicas de la Gran Manzana, reacios por alguna razón a ponerse las dosis, no tienen otra opción sino vacunarse. De lo contrario, se le concederá una licencia sin goce de sueldo.
El mandato de la vacuna inicialmente estaba programado para entrar en vigencia a la medianoche del pasado lunes. El cálculo era que los educadores que no proporcionaron pruebas de al menos una dosis se les prohibiría ingresar a sus edificios escolares.
Sin trabas, ese mandato entrará ahora en vigor ahora a partir del lunes 4 de octubre, eso implica que los educadores y trabajadores en general deberán mostrar una prueba de al menos una inyección al final del día viernes.
“Más nada que discutir”
El alcalde Bill de Blasio interpretó este martes que ya se agotaron todos los forcejeos en las cortes.
“Tres jueces federales definitivamente y de una vez por todas, dijo que la Ciudad de Nueva York tiene derecho a poner en marcha un mandato de vacunas para los adultos que trabajan en nuestras escuelas públicas, punto. Fin del proceso. Nada más que discutir. Apelaciones federales agotadas, hecho. El mandato avanza”, remató el mandatario municipal.
En efecto, el fallo emitido por un panel de jueces de la Corte de Apelaciones del Segundo Circuito de EEUU, revierte por completo una decisión de una corte inferior el pasado viernes, que bloqueó la medida que obliga a la comunidad escolar adulta a inocularse para poder poner un pie en sus escuelas.
El Alcalde enfatizó las consecuencias de quienes se nieguen a recibir la inyección, antes del nuevo plazo fijado: “Si no ha recibido esa primera dosis para el viernes a las cinco de la tarde, asumiremos que no vendrá a trabajar el lunes y no se le pagará. Y ocuparemos su puesto con un empleado sustituto o alternativo”.
Desde que se inició la estrategia de vacunación en la Gran Manzana el pasado 15 de diciembre, todos los grupos elegibles fueron llamados a ser inmunizados de manera voluntaria, pero con esta política de obligatoriedad se rompe la etapa persuasiva y se inicia otra en la cual miles de personas podrían perder sus cargos en planteles públicos de la ciudad.
“Tienen que tomar una decisión realmente importante ¿Realmente quieren renunciar a sus estudiantes y a la comunidad escolar? ¿Quieren renunciar a un cheque de pago? Creo que mucha gente, cuando realmente lo piense, se dará cuenta de que vacunarse es lo correcto”, expresó sin contemplaciones el Alcalde.
El temor: Puestos vacíos
Los sindicatos tienen sobre la pizarra otra ecuación, que podría ser muy difícil de resolver en caso que centenares de trabajadores abandonen sus puestos, independientemente de que podrían quedar sin sus salarios tan pronto como la semana que viene.
Michael Mulgrew, presidente del sindicato de maestros más grande de Nueva York (FUT) estima que hay mucho trabajo por delante para garantizar que haya suficiente personal vacunado disponible para la nueva fecha límite.
“Trabajaremos con nuestros miembros para garantizar, en la medida de lo posible, que nuestros planteles puedan abrir de forma segura a medida que se cumpla el mandato de la vacuna”, acotó.
Fuentes del Departamento de Educación de la Ciudad (DOE) aseguran que se han estado preparando para la escasez de personal como resultado del mandato, ya que el porcentaje de no inmunizados “es pequeño pero puede ser significativo” especialmente en el sector de los maestros y agentes de seguridad escolar.
Otros grupos sindicales siguen presionando por más tiempo para el plazo de vacunación, argumentado que la Ciudad no tiene planes adecuados para manejar miles de vacantes.
Aproximadamente 148,000 empleados del DOE están sujetos a esta política de obligatoriedad de vacunas, incluidos unos 78,000 maestros y miles de agentes de seguridad escolar que trabajan en las escuelas y son empleados del Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York (NYPD).
Hay exenciones
Hasta este martes la Unión del Consejo del Distrito 37, que reúne al mayor número de trabajadores públicos de la ciudad de Nueva York, no había emitido ningún comunicado, sin embargo a través de su página web informaba a sus agremiados sobre las exenciones religiosas y médicas para vacunarse.
En el caso muy especifico de docentes con informes médicos, como la puertorriqueña Josefina de Sifontes de una escuela pública del este de Harlem, podrían tener la opción de seguir en sus puestos, pero de manera remota.
“Yo tengo un informe médico muy detallado emitido además por un hospital de la misma Ciudad, en donde queda claro que yo soy alérgica. El mismo médico recomendó que no lo hiciera. Yo tengo mi permiso para seguir con ciertas clases especiales ‘online’. Pero igual me parece muy rudo lo que están haciendo con este mandato”, opinó.
La educadora comparte que sabe de colegas que no se han vacunado por muchas razones personales, pues cada caso es distinto.
“Es muy fuerte que te pongan entre la espada y la pared con algo tan personal. Muchos se han ido a poner la inyección con mucha rabia, con mucho miedo”, contó.
“Nuestros hijos más seguros”
La mexicana Rocio Gómez, también es maestra, pero de su propia escuela de baile en Queens.
“Apenas fui elegible, me puse la vacuna, porque yo estoy en contacto con muchas personas de forma cercana. Y celebro que todos los docentes de la escuela donde está mi hijo, que estudia sexto grado, estén protegidos. Esta pandemia sigue y me parece que la ciencia ha demostrado que son efectivas”, consideró la coreógrafa.
También la dominicana residente del Alto Manhattan, Katty Lidiano, tiene la misma visión.
“Fìjate que aún con las vacunas la gente se vuelve a contagiar. Aún con vacunas tenemos que seguir usando máscaras. Yo me siento más tranquila con las medidas que toma la Ciudad de obligar a todos en las escuelas a inyectarse. Mis dos hijos así estarán más seguros”, agregó la quisqueyana.
¿Cuántos faltan por vacunar?
- 19,000 empleados de edificios escolares públicos y 7,800 maestros aún tienen que demostrar la prueba de una primera dosis y podrían ser excluidos de las escuelas cuando el mandato entre en vigencia.
- 87% de todos los empleados del DOE habían recibido al menos una dosis hasta este lunes.
- 91% de los maestros ya habían completado por lo menos una inoculación.
- 97% de los directores ya habían completado por lo menos una inoculación.
- 530, por lo menos, de empleados de escuelas públicas de la ciudad de Nueva York habían recibido una exención del mandato de la vacuna contra el coronavirus hasta el pasado viernes, con base a un reporte mostrado por medios locales.
Fuente: El Diariony