En los seis meses transcurridos de este año, el Concejo de Bogotá solo ha aprobado diez proyectos de ciudad. Considerando que el promedio anual está entre los 30 y los 35, de mantenerse la misma tendencia este 2022 concluiría con menos acuerdos para la capital, aunque el rendimiento de esta corporación, lejos de ser numérico, debería centrarse en qué tan útiles para la ciudad realmente son estas herramientas que, dicho sea de paso, no son vinculantes.
Para analizar esta cifra, EL NUEVO SIGLO habló con dos concejales de diferentes bancadas, y ambos coincidieron en dos aspectos: el primero de ellos, que no es tanta la efectividad de la mayoría de los proyectos de acuerdo que logra sacar adelante el cabildo; y el segundo, que es evidente que en estos momentos el Concejo está más enfocado en hacerle control político a la Administración Distrital.
“¿Cómo podemos tener incidencia en la construcción de ciudad y de políticas de la ciudad? Esa es una pregunta que yo me hago todos los días porque uno a veces siente que al interior de nuestro recinto la incidencia no es relevante para los intereses ciudadanos. Tenemos que pensar cómo transformar nuestras prácticas, nuestras acciones y el sentido de nuestro actuar para fortalecer la democracia representativa de la ciudad”, comenzó por advertir a EL NUEVO SIGLO el concejal de la Alianza Verde Diego Cancino.
Añadió que “uno puede hacer muchas cosas fuera del recinto que tienen mucha incidencia como rol político y eso es válido. Es incluso más válido que sacar adelante acuerdos de ciudad y hacer debates de control político, pero al interior del recinto los debates y los proyectos uno no ve que tengan una incidencia de transformación en la ciudad”, añadió Cancino, quien no obstante dijo que durante la discusión del cupo de endeudamiento “la calidad del debate y de deliberación fue muy buena y enriquecedora. De parte y parte”, concluyó.
En esto coincidió el concejal del Centro Democrático Jorge Colmenares, quien además se refirió al desgaste que ha vivido la corporación, cortesía de los impedimentos y las recusaciones, y por supuesto de las elecciones parlamentarias y presidenciales.
“Estos han sido seis meses en donde nos hemos desgastado en temas que generan una discusión larga pero que no aportan nada a la ciudad, como el de las recusaciones y los impedimentos. Eso ha acortado muchas sesiones del Concejo que se podían utilizar en debates de control político que, dicho sea de paso, se han disminuido en forma sustancial desde que comenzó el periodo constitucional de concejales. Han sido casi nulos los debates a la Administración”, comenzó por referir a este medio de comunicación el concejal del Centro Democrático.
Añadió, además, que a un buen número de concejales se les ha aprobado un proyecto de acuerdo, “algunos con muy poca relevancia para la ciudad y otros muy importantes y de mucha coyuntura. Sin embargo, una cifra de diez acuerdos es muy baja y espero que ahora que retomemos las actividades, luego de este periodo de elecciones, se retome el énfasis en los debates de control político”, concluyó el concejal Colmenares.
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Los acuerdos aprobados
Con este preámbulo sobre la mesa, ¿qué proyectos de acuerdo se materializaron en acuerdos de ciudad durante el primer semestre del año? El primero y el más importante fue el acuerdo 840, mediante el cual se autorizó un cupo de endeudamiento para la Administración Central y los establecimientos públicos del Distrito Capital, y a la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, por $11,7 billones.
Este fue un debate encarnizado que se dio primero en la Comisión de Hacienda y posteriormente en la Plenaria de Bogotá, y que fue aprobado la primera semana de este mes, sobre recursos destinados a cumplir objetivos establecidos en el Plan Distrital de Desarrollo 2020-2024.
Vale referir que este cupo recogió, además, los saldos pendientes por comprometer del cupo anterior aprobado por el Concejo y destinará recursos para fortalecer la inclusión social y productiva de los ciudadanos, a través de la educación, la materialización de la Segunda Línea del Metro, y el fortalecimiento del Sistema Distrital Recreativo y del Cuidado, en el que la ciudad es pionera en Latinoamérica.
Un segundo acuerdo, el 839, estableció los lineamientos para materializar la creación del programa “Manillas salvavidas” dirigido a personas mayores diagnosticadas con trastorno neurocognitivo mayor en el Distrito Capital. De autoría del concejal liberal Armando Gutiérrez, este es un acuerdo que busca mejorar las condiciones de los adultos mayores en Bogotá.
Un tercer acuerdo está relacionado con el establecimiento de los lineamientos para la formación dentro de la ruta única de la empleabilidad, mediante acciones dirigidas a sectores poblacionales vulnerables de Bogotá, que pasó a sanción de la alcaldesa Claudia López el pasado 6 de mayo. De autoría del concejal de la Alianza Verde Julián Espinosa, la intención de este acuerdo es que la ciudad se comprometa a ampliar las oportunidades laborales de acuerdo con los talentos y habilidades de las personas, así como las necesidades del tejido empresarial.
Otro nuevo acuerdo de ciudad que se materializó este año fue el 837, “por medio del cual se modificó el acuerdo 741 de 2019 y se dictan otras disposiciones”. También se aprobó un acuerdo bajo el cual se dictaron los principios generales y lineamientos de la política pública del peatón, denominada “En Bogotá, primero el peatón” y se dictan otras disposiciones para salvaguardar la vida de los actores más vulnerables en las vías.
En lo corrido de estos meses también se aprobó el acuerdo de ciudad 835, por medio del cual el Distrito se compromete a adoptar medidas para que se coordine, junto con la ciudadanía y la iniciativa privada, la puesta en marcha de un plan de intervención de los canales de Bogotá que hacen parte de la red hídrica y sus entornos, de autoría de la concejal del Nuevo Liberalismo Marisol Gómez.
Bogotá ahora volvió a tener, gracias al Acuerdo 834, los elementos de la iniciativa de “Estrellas Negras” para una campaña de seguridad vial, cultura ciudadana y conmemoración de víctimas de siniestros viales. Este fue un acuerdo que retomó este programa pedagógico.
Y, por último, en esta primera mitad del año se aprobaron acuerdos, uno que promueve la construcción y adecuación de cruces seguros a nivel en la ciudad de Bogotá; otro que establece los lineamientos para la formulación de la política pública de entornos educativos protectores, confiables y seguros para la ciudad, y también se logró un tercer acuerdo mediante el cual se crean lineamientos para la sensibilización, promoción e investigación del sector del cannabis medicinal, cosmético e industrial en la capital, de autoría del concejal del Nuevo Liberalismo Juan Baena.
Fuente: El Nuevo Siglo