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Las recientes masacres en Daytona (Ohio) y El Paso (Texas), reavivaron en Estados Unidos las discusiones sobre el control al acceso ciudadano de las armas de fuego. Un viejo debate con un nuevo ingrediente: a decir de sus críticos, el presidente Donald Trump no apretó del gatillo pero sí disparó el odio hacia los inmigrantes, al exacerbar un discurso supremacista con el que los asesinos justificaron sus acciones… Seguir leyendo