Los tipos de autoridad están en relación con los grupos de poder, y estos varían de acuerdo al contexto sociocultural. Te enseñamos cuáles son y sus características.
Definir qué es la autoridad no es una tarea fácil de emprender. Desde el punto de vista práctico, y de manera muy simple, podemos decir que la autoridad es el poder que cuenta con cierta aprobación social de un grupo con respecto a otro. El asunto se complica mucho más cuando intentamos abordar los tipos de autoridad.
La definición más conocida es aquella que Max Weber dio en su ensayo La política como vocación (1919). En esta obra el autor alemán distinguió tres tipos de autoridad. Sin embargo, son cientos los aportes que encontramos con respecto a estas ideas, la mayoría de ellos desde la teoría política, la teoría económica y desde la sociología. Hoy sintetizamos 6 tipos entre los más importantes.
¿Cuántos tipos de autoridad existen?
La autoridad solo la podemos entender desde el punto de vista dialéctico. Es decir, como la confrontación de grupos de poder (uno mayor o activo y uno menor o sumiso). Siempre está asociado al poder, aunque los expertos alertan sobre diferenciar poder, autoridad y legitimidad.
La autoridad debe contar con una aprobación asocial para poder existir (aunque esta se haga a través de la imposición, la violencia o la fuerza). Se manifiesta en casi todos los aspectos de la vida social: en la familia, en el poder del estado, las religiones, las empresas y demás. Veamos 6 tipos de autoridad que nos pueden servir de guía al momento de reflexionar sobre esta idea.
1. Tradicional
La autoridad tradicional es uno de los tipos de autoridad de Weber que se distinguen en la obra citada. Se caracteriza porque la autoridad (es decir, la legitimidad, el liderazgo, el poder y demás conceptos asociados) están cimentados sobre valores o costumbres tradicionales.
Surge a través de las costumbres de hace cientos o incluso miles de años. Siguiendo a las ideas de Weber, existe porque siempre ha sido así. Un ejemplo de autoridad tradicional es la monarquía. El monarca que ejerce autoridad lo hace con base en tradiciones, costumbres y valores que le anteceden. Su poder no es puesto en duda porque siempre ha sido así.
Otros ejemplos que podemos citar es el patriarcado (en su sentido histórico), la autoridad militar, los jefes tribales y demás. Muchas veces, la autoridad tradicional se fundamenta sobre el sexo o el género.
2. Carismática
La segunda división que nos propone Weber es la de autoridad carismática. Contrario al caso anterior, la legitimidad de dicha autoridad no se basa en las tradiciones, sino en el carisma del líder que asume el rol de poder. El término carisma históricamente ha estado asociado a un don divino, sobrenatural o cuanto menos excepcional. Es por esto que los carismáticos son alzados como líderes.
La autoridad carismática tiende a enfrentarse dialécticamente tanto con la autoridad tradicional como con la racional-legal, de manera que cuenta con ciertos dotes revolucionarios (en el sentido de ser desafiante). En tiempos de crisis o de conflictos, suelen emerger los líderes de este tipo, los cuales además pueden encarnar ideas radicales o innovadoras.
Un ejemplo de autoridad lo encontramos en los nuevos movimientos religiosos y en la aparición de supuestos profetas que logran reunir alrededor de sí a una comunidad de seguidores. Por supuesto, este tipo de autoridad puede derivar en el culto a la personalidad o en el totalitarismo. La democracia, o mejor dicho sus representantes, son otro buen ejemplo.
3. Racional-legal
La última división que nos sugiere Weber es la de autoridad racional-legal. También se conoce como burocrática, y es aquella que está cimentada sobre la base de una norma jurídica (la tradicional y la carismática no cumplen este criterio). La mejor forma de entender este tipo de autoridad es a través de los Estados modernos.
Un Estado es una entidad política organizada alrededor de una leyes. El monopolio de la fuerza que ejerce en relación dialéctica con otras entidades políticas lo hace gracias a su poder. A su vez, este se manifiesta por medio de los diferentes sistemas de organización política (democracia, monarquía y demás).
La legitimidad de quien ejerce el poder en este caso se fundamenta sobre un aparato jurídico. Los miembros de esa sociedad, para seguir con el ejemplo de los Estados modernos, han legitimado dicha autoridad cuando de una u otra manera aprueban su poder.
4. De la élite
Dejando a un lado la clasificación de los tipos de autoridad de Max Weber, nos encontramos con la autoridad de la élite. Es aquella que ejerce un grupo privilegiado de la sociedad por su riqueza, sus influencias o en algunos casos por sus conocimientos.
La autoridad de la élite es algo que vivimos en carne propia en la actualidad. Los líderes de las grandes compañías tecnológicas, de las redes sociales, de organizaciones internacionales y demás ejemplifican la autoridad de la élite. Su legitimidad no se basa en la ley, el carisma o la tradición; lo hace en el estatus que han alcanzado como grupo privilegiado.
5. Basada en la fuerza
La autoridad basada en la fuerza también se conoce como autoridad ilegítima, o al menos lo es en relación con aquellos a quienes se impone. Esta puede estar legitimada desde el punto de vista legal (puede estar avalado el uso de la fuerza para sus disidentes, como ocurre en dictaduras), pero es ilegítima si consideramos el grado de presión y coerción ante quienes se impone.
Por supuesto, este tipo de autoridad también se puede considerar como tradicional en ciertas sociedades o en determinados momentos históricos. Sin embargo, no es una manifestación del pasado; ya que decenas de estados modernos basan su autoridad a través del uso de la fuerza, la represión, el miedo y la superioridad del poder.
6. Religiosa
Por último, no podemos aludir a los tipos de autoridad sin mencionar a la autoridad religiosa. Es cierto que podemos considerarla un subtipo de la tradicional, pero está tan bien delimitada que por sí sola se puede agrupar de manera autónoma.
La autoridad del grupo que ocupa el poder se hace a través de actos de fe o creencias espirituales. Todos los sistemas de organización de creencias cuentan con este tipo de autoridad, la cual es legitimada por todos los creyentes que se reúnen en torno a ella. El nivel de autoridad aumenta a medida que nos acercamos a los puestos más altos, como ocurre con otros tipos.
Como puedes ver, cuando hablamos de autoridad es muy importante definir a qué tipo de autoridad estamos aludiendo. Cada uno cuenta con sus propias características, así como con coordenadas específicas que permiten entenderlo mejor.
Fuente: Mejor Con Salud