Dos propuestas colombianas ganan concurso de alimentación espacial de la NASA

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El Deep Space Food Challenge es una convocatoria en la que varias compañías del mundo se dan a la tarea de inventar los alimentos del futuro; es decir: productos diseñados inicialmente para nutrir a los astronautas de la NASA, mientras estos realizan sus misiones espaciales en un contexto de ingravidez. No obstante, las ideas también podrían servir en la Tierra para combatir la inseguridad alimentaria y la desnutrición en los países más pobres.

Con el fin de ofrecerle a la agencia soluciones realizables de cara al desafío expuesto, las empresas se valen de su ingenio y su tecnología. Y en la edición de este 2021, la NASA premió a dos compañías colombianas por sus propuestas presentadas. Una de ellas está ubicada en el municipio de La Estrella, en Antioquia; y la otra en Bucaramanga, Santander.

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Una impresora 3D para crear alimentos nutritivos

De diez empresas internacionales que ganaron la primera fase de la competencia, dos son colombianas. La primera que aparece en el listado es Alsec, un emprendimiento antioqueño con 15 años en el mercado, que produce fórmulas e ingredientes en polvo y que, de acuerdo a una entrevista realizada por El Colombiano, presentó para la convocatoria un sistema de impresión en 3D para la creación de alimentos en polvo naturales, orgánicos, con sabor y altamente nutritivos.

El desarrollo hace uso de tecnologías como la microencapsulación, la nanotecnología, y la inteligencia artificial. Esta última vital para poder encontrar las propiedades de las moléculas de la biodiversidad que aportan mayor valor nutricional para la alimentación de los humanos que pasan largos períodos de tiempo en instalaciones como la Estación Espacial Internacional.

¿Cultivar productos en el espacio? Para la UIS es posible

Esta fue la propuesta de el equipo de investigación Ámbar, de la Universidad Industrial de Santander. Se llama Agro-Migra y su idea es usar, dentro de las naves o instalaciones espaciales, un gabinete que haga las veces de un micro hábitat para poder cultivar plantas terrestres, acuáticas y contar con animales pequeños como crustáceos y peces pequeños.

El artefacto que creó el grupo bumangués, tiene un volumen de 1,99 metros cúbicos y está compuesto por 11 cámaras de cultivo, en donde también se puede hacer uso del deshecho de los peces como abono para las plantas, las cuales, al mismo tiempo producirán el oxígeno para estos animales y para la producción de otras materias como el vinagre.

Las propuestas de ambos equipos, que debían cumplir con ciertos parámetros como el uso mínimo de agua y energía y una producción casi nula de deshechos, se presentarán en una segunda fase de la competencia. Allí cada uno de los prototipos se probarán en la Estación Espacial Internacional para evidenciar su funcionalidad.

Imágenes: Pexels



Fuente: Enter